Prudencia, sí, pero todavía no
La austeridad provocará una recesión económica en 2012
Con esta ‘Gran Recesión’ todo es posible porque la capacidad autodestructiva de las finanzas, con su epicentro en Wall Street, es capaz de acabar con las bases del sistema productivo. Estamos en un momento de pésimas predicciones y los gobiernos se debaten entre los estímulos a la economía o el rigor presupuestario. Pero es más grave todavía que la idea de Europa se está apagando, al tiempo que emerge una profunda desconfianza entre la ciudadanía para ceder soberanía, por un lado, e intereses económicos por otro. De momento es un debate con sordina, pero hay tambores de guerra en la lejanía. Ya pocos recuerdan, y los políticos actuales parece que lo han olvidado, que esos enfrentamientos a los que parece estamos abocados es lo que pretendieron evitar Monnet, Spinelli, Schuman, Spaak, Adenauer, Delors, Kohl, Mitterrand, y un largo etcétera, impulsando ‘el nuevo espíritu’, enterrando el hacha de guerra, porque no debía repetirse el sufrimiento de la población en Europa, asolada por dos guerras, dictaduras, holocaustos y genocidios.
Acuñaron el euro. Y a los políticos de ahora les parece como si la moneda única, fuera solamente un medio de pago, más que una enseña de unión y solidaridad financiera, debido a un silencio cobarde de unos líderes temerosos de perder su apoyo electoral. El enfrentamiento entre los que han hecho los deberes, ahorrando, y los que han gastado lo que no tenían, ha reabierto las concepciones calvinistas, frente a la mentalidad más despreocupada de lo que se conoce por el Sur. Por eso el proyecto está en una situación frágil y vulnerable y sólo saldremos de esta posición si somos capaces de afrontarla con la visión que tuvieron aquellos que fundaron la UE. Nos aliamos con los que piden más Europa, más democracia, más derechos, más libertades y sobre todo, más solidaridad y, por supuesto, menos dominio de los oligopolios, menos corrupción, menos burocracias, menos recortes y menos paro.