Así llaman los anglosajones al procedimiento de trasladar a sus ejecutivos a puestos políticos, entrando en los equipos de gobierno sin tener que pasar por las urnas, otras veces se ejerce la influencia desde los lobby, en beneficio de sus compañías, y todo esto que no es nuevo, nos sigue pareciendo impropio, es como una de las vergüenzas del sistema, el preludio del canto a la corrupción.
El profesor Habermas, lo expuso en una entrevista que publicó Le Monde, donde sin equívocos, decía que no podemos defendernos del ultimátum de un capitalismo furioso que traspasa fronteras con los instrumentos actuales. Si analizamos nombramientos en los últimos meses en la UE, en la mitad de los países de la Unión han elegido para puestos relevantes a ex directivos de bancos, fondos de inversión, o de empresas vinculadas con el sector de las finanzas. ¡Arde la eurozona! Pero no tenemos por qué preocuparnos, están controlando el fuego los que prendieron la mecha. No sabemos si sabrán apagarlo, ni tampoco cómo quedará el panorama, tenemos seguro una cosa, quien pagará la factura.