UN GOBIERNO PARTICIPATIVO

 

Ganar unas elecciones es como llegar a la meta. Es participar. El triunfo no debe aislar, sino convertirlo en un abrazo con la ciudadanía. El éxito es ese momento donde se puede producir la emoción colectiva del triunfo. Ganamos todos. Un gobierno participativo, es esa emoción de haber conseguido llegar juntos a la meta. Es un gobierno que marcha al ritmo de su ciudadanía, y en esa ruta debemos evitar los obstáculos, elegir un camino ancho y definir bien las etapas para recuperar fuerzas y que la sociedad avance sin quedar nadie rezagado.

La hora de la emoción
Iniciemos los cambios más fáciles y las que acumulen más espacios, así el desánimo no se hará presente al inicio de la ruta. Dejemos para su momento las rutas de mayores obstáculos, porque estaremos más preparados para superarlas. Hay que conseguir el cambio. Un cambio social que demanda la ciudadanía como deseable, que incluya a todos, en una marcha incluyente, abierta y que incorpore a todos los que desean llegar a ese destino lo suficientemente atractivo. Hay que intentarlo rompiendo medidas.
Hoy no se puede pensar seguir gobernando como en tiempos pasados, no se puede dar la imagen de bandas rivales, la historia está cambiando el mundo, y algunos políticos siguen viviendo en un mundo equivocado. La participación en programas de principios globales, es posible y será un camino para encontrar la salida a esta crisis de gestión, porque juntos se puede gobernar mejor para construir un Novísimo Estado Social de Derecho. Se puede y se debe intentar.
José Molina Molina

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