Los indignados de los Ángeles, los anti Wall Street –el movimiento Occupy Los Ángeles- van a participar con dos carrozas muy especiales en el Desfile de las Rosas, el próximo día 2 de enero. La participación es de una carroza con la figura de un pulpo, en alusión al poder de las grandes corporaciones, y la otra representación, es a la Constitución de Estados Unidos. Esta es la 123 edición del Desfile de las Rosas, y el pulpo quiere significar en el cierre del desfile el control de la sociedad por los que dominan los mercados.
En Madrid el pasado día 28, salió una cabalgata “indignados” con el slogan de “no soy inocente”. Poniendo en primer plano las patologías de nuestra democracia y reivindicar el papel de la participación ciudadana. Una carga policial al pasar por la Puerta de Alcalá, no ha impedido que reinara un ambiente festivo. Pancartas de “queremos cuentas, no cuentos”, un caganer de Urdagarin y un cerdo vestido de banquero, y otros muchos, han reunido por el centro de Madrid a miles de ciudadanos.
El movimiento de indignados se extiende y continua, en los Ángeles llevan dos meses ocupando la Alcaldía y en otras ciudades se incrementa las actuaciones, el activismo no tenía tanta vitalidad desde los años sesenta del siglo pasado. El aterrizaje en las aulas universitarias, se ha centrado en el amento de los gastos de matricula, dificultades para pagar los prestamos y el incremento de las dificultades para entrar en el mundo laboral, así como una falta de integración. Como ejemplo podemos señalar que en California las tasas universitarias han pasado de 4.062 € a 12.000€. Y no hace tanto tiempo, en el 2002, eran de 1.181 €. Esto ha supuesto que dos tercios de los universitarios se licenciaron en 2010 con préstamos y con una media de 19.177 euros de deuda.
En los años 60, el Movimiento de la Libre Expresión, surge en los campos universitarios, en especial en el de Berkeley, parece que el tiempo se repite, y hasta con los mismos métodos de represión policial, lo que ha llevado a pedir la dimisión del Rector. El movimiento está alcanzando un estatus histórico: grandes museos, asociaciones históricas y coleccionistas privados de todo el mundo, muestran un vivo interés por este fenómeno global. Los indignados suelen organizar sus acciones con un evidente enfoque creativo: sus pancartas son elocuentes y sus mascaras y otros atributos podrían ser nombrados en el futuro como obras de arte popular.
La manera de actuar también sorprende a veces: por ejemplo los indignados de Londres ocuparon un edificio abandonado de un tribunal, donde llegaron con un tanque, para organizar un juicio contra los banqueros y políticos que habían explotado la economía mundial. La Institución Smithsonian, un complejo de museos de Washington, así como los principales museos e Nueva York y de Europa, ya coleccionan pancartas y otros materiales del movimiento para ser exhibidos en el futuro. Siempre la cultura inicia los cambios. ¡Animo¡
