Tiempos de revocación

 

Se palpa, se percibe una idea de revocación hacia los políticos, como repulsa a su chabacanería, a sus simplezas o desplantes ante los problemas que han generado en su malversada gestión de lo público. Han pasado de la fina ironía del político, al insulto, y se han convertido unos y otros en twiteros de expresiones, nunca más de ciento cuarenta palabras para explicar las preguntas, y otras veces, ni siquiera se contestan. Hagan la prueba y busquen respuestas de Rajoy sobre el caso Bárcenas, corrupción, eurovegas, o aeropuertos regionales, preferentes, crisis o paro.
Tenemos unos políticos tan tontos, que se tropiezan con sus propias palabras, por ejemplo la Sra. Cospedal, explicando el finiquito de Bárcenas, o la Sra. Baños, explicándonos la política de empleo. Algunos llegan a lo esperpéntico como Montoro, Wert o Mato. Se observa como una culminación de la estupidez. Son ideas vacías, repletas de intolerancia y de un cierto desdén para el común de los mortales.

Revocación de mandato
Cuando salten las alarmas busquemos las vías del constitucionalismo revocatorio

Si descendemos a niveles territoriales, el caos es mayor, las ideas están ausentes y las críticas se evaporan, porque la única explicación es que ganaron por mayoría. Es cierto, ganaron y democráticamente lo reconocemos, pero no tenemos una democracia esculpida en piedra, no son las tablas de Moisés. No queremos políticos “gana supersueldos”, ni figurines de la política local, que respondan a cada reivindicación señalando que ganaron con más votos, y tienen más “razones”. No parece que sea el camino más adecuado.
Por cierto, es bueno repasar la historia que nos puede ilustrar con ejemplos. En el siglo V a de C, los diez tesoreros de la liga de Delos –los hellenotamiai- fueron acusados de malversación de fondos. Uno por uno, fueron enjuiciados, condenados y ejecutados. Parece que se lleva en el ADN del cargo.
En 2003, el Gobernador de California, Gray Davis, fue revocado por un referéndum popular a mitad de su mandato. En Canadá, en la provincia de Britihs Columbia, lo tienen en su norma suprema. La consulta popular revocatoria, tiene su origen en cuatro causas principales en los que los constitucionalistas del participacionismo ciudadano están de acuerdo:
• Incumplimiento programático
• Actos persistentes de corrupción
• Violación de derechos humanos
• Perdida de legitimidad


El número de firmas necesarias oscila del 12% de los votantes (California) hasta el 25% como requieren otras constituciones. Distinguiendo diferentes cuestiones, en lo referente a los sistemas electorales, listas abiertas o cerradas, y muy diferentes casos particulares.
La revocación es un derecho político que permite a los ciudadanos determinar el final de un cargo público antes de la expiración de su periodo para el cual ha sido elegido con anterioridad.
Desde luego revocar, es más democrático que aliarse con unos militares golpistas y quitar por la fuerza al poder político. Pero para hablar de estas cuestiones, hay que realizar antes un profundo trabajo con la sociedad civil, practicar la participación ciudadana ampliamente y defender los derechos sociales mínimos con intensidad. Así, cuando salten las alarmas, en vez de buscar los tanques, busquemos las vías del constitucionalismo revocatorio, que es más democrático, o ¿no?
Y esto no lo decimos impresionado por los acontecimientos recientes de Egipto, sino también, porque se nos están hundiendo nuestras instituciones con los políticos dentro, el desaliento se está generalizando. Así por lo menos lo pone de manifiesto el informe que esta semana ha publicado Transparency International (2013), donde se pone de manifiesto que seis de cada diez encuestados confían en que la gente ordinaria tiene poder de cambiar el estado de las cosas en la sociedad, y responsabilizan a los partidos políticos (83%), seguidos por el Congreso de los Diputados (67%) y sector privado (43%), la mala situación existente. Por otro lado el 72% opina que el gobierno es ineficaz para impulsar las reformas precisas, y un 84% manifiesta que estaría dispuesto a actuar contra la corrupción, revocando a políticos, y el 80% estaría dispuesto a firmar y comprometerse en esa acción revocatoria.
Nueve de cada diez personas, de las 114.000 encuestadas de 107 países de esta macro encuesta de Transparency International (TI), revelan que están dispuestos a combatir el abuso de poder, los acuerdos clandestinos, el soborno y reforzar las instituciones. Sería positivo una llamada en este sentido para que los ciudadanos reaccionemos en esta dirección, y dejemos a los militares en sus cuarteles, para otras misiones, porque en 36 países de los encuestados se señala a los políticos como los más corruptos. La voluntad ciudadana está dispuesta, hay que buscar las salidas a las reclamaciones, porque las plazas y las calles se llenan de nueva energía, y la represión o la indiferencia es la peor solución.

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1 comentario en «Tiempos de revocación»

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