¿Por qué la transparencia?

Los espacios difíciles se conquistan con entusiasmo, como en el deporte. Meter goles a la corrupción, a la opacidad del sistema y su burocratización, precisa de ánimo y emoción. El primer encuentro entre los impulsores del Pacto por la Transparencia en la Región de Murcia y los responsables de la Administración regional, ha consistido en la entrega de la hoja de ruta para alcanzar la meta. No es tarea fácil, pero si la voluntad política lo asume como prioritario, al final tendremos una Administración transparente, eficiente y sin las ataduras de los procedimientos burocráticos que fomentan la oscuridad.

¿Por qué la transparencia es tan importante? La respuesta es sencilla: sin transparencia el sistema no funciona eficientemente. Porque pueden actuar injustamente sin oír el rechazo social; porque distorsionan la economía; porque anula el equilibrio del mercado y porque, además, genera incrementos de los costes de los servicios o de las obras públicas.

Por qué la transparencia

Dado el primer paso, la pelota está en el tejado de San Esteban, como lo está en tantos sitios en donde Transparencia Internacional (TI) está señalando en sus informes. Por ejemplo en el de la FIFA, un organismo en el que según el New York Times (informe publicado en mayo 2014) han influido las mafias de las apuestas para amañar encuentros internacionales y que a día de doy tiene pendientes de cumplir 22 de las 26 recomendaciones de TI. La FIFA, pues, no funciona en transparencia y su poderoso organismo lleva muchos años sacando cuantiosos beneficios, lo que está pasando factura al fútbol como deporte.

Si del fútbol pasamos a los escándalos económicos que hemos vivido desde la transición democrática recordamos parte de una larga lista: Fidecaya (1980. 250.000 afectados, 100 millones de euros) Rumasa (1983, liquidación de más de 700 empresas con 65.000 trabajadores) ‘el caso KIO, con un personaje como De la Rosa que presumía de ser conseguidor oficial en las altas esferas; el ‘caso Roldán’ (oscuro funcionamiento de los Fondos Reservados que se llevó por delante a dos ministros y un secretario de Estado) ‘el caso Urralburu’ en Navarra (malversación de fondos) el escándalo de Ibercorp (con implicación de la llamada ’beautiful people’, que arrastró al Gobernador del Banco de España) los escándalos de la financiación de los partidos políticos (caso Filesa en el PSOE, ‘caso Naseiro’ en AP).

Recientemente, hemos visto como Forum y Afinsa, habían organizado una estafa piramidal a los ojos de las instituciones que tenían que vigilarlos, y dejaron que 460.000 ahorradores cayeran en sus redes de mafias financieras. Gescartera estafó más de 100 millones de €, y dimitieron el Secretario de Estado de Hacienda y la Presidenta de la CNMV. Y el reciente caso Gürtel, una trama de presuntos traficantes de influencias y financiación ilegal que actuaba bajo la protección de algunos gobiernos regionales y otras administraciones públicas. El caso de Bárcenas, Palma Arena y Urdangarín, los ERE en Andalucía, ponen de manifiesto que cuando se pasan las rayas rojas no hay límites.

La quiebra de Cajas de Ahorro, los escándalos en la City de Londres, en Wall Street, en el Banco Vaticano, etcétera, ponen de relieve que cuando fallan los controles, o no existen deliberadamente, surge la corrupción. Y es lamentable que unos pocos políticos corruptos, algunos profesionales que les apoyan, la opacidad de los sistemas financieros y la protección de los ‘paraísos fiscales’ sean escudos para ocultar lo defraudado.

¿Por qué la transparencia? Porque o cortamos por lo sano estos modos o el sistema se hunde por causa de la golfería existente. Contra la corrupción y el fraude, hay que luchar con los mismos medios que contra el contrabando, el narcotráfico y el terrorismo: sin tregua y persiguiendo los actos al mismo tiempo que se cometen los hechos. Hay que vigilar los bienes comunes.

La transparencia es esencial para el funcionamiento de la democracia y de la economía, por eso es de vital importancia la susodicha ‘hoja de ruta’ que tiene como objetivo la nitidez en la actuación de las administraciones, tal y como reclama la sociedad de cuya respuesta en las consultas se deduce claramente que lo difícil no es saber si hay corrupción y falta de transparencia en las instituciones: lo difícil es negarlo.

José Molina Molina. Doctor en Economía, Sociólogo y Miembro del Pacto por la Transparencia. Publicado en el Diario La Verdad (Murcia 22/6/2014). Autor del libro: Ciudadano y Gasto Público, 3ª edición 2014. Editorial Aranzadi

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3 comentarios en «¿Por qué la transparencia?»

  1. Tocayo,soy un compañero de tu hermano Antonio.Que Dios te siga ayudando a poner Luz y Honradez ante tanta sinverguenzeria. Un abrazo desde Tanzania. Aquí también necesitamos tu luz y tu honradez

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    • Me alegro de conectar contigo y hay que luchar por la transparencia en todos los rincones del mundo. La transparencia es la palanca que nos dará fuerza para mover la sociedad en más equitativa. Me tienes a tu disposición. Un abrazo

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