Cortar desde la raíz

 

Mis deseos de transparencia me hacen ver con ilusión las referencias  para cortar la corrupción, el mensaje de navidad que desde la Zarzuela hemos oído me anima a este comentario, con el deseo de seguir avanzando en una sociedad más transparente, sin embargo, no observo en los políticos que nos gobiernan una ilusión por recoger el testigo.

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Para cortar de raíz la corrupción, hay que cortar como se dice castizamente “por lo sano”, o sea, cortar desde cualquier mala hierba y sus alrededores. Así lo entendemos cuando un agricultor nos señala que hay que “cortar de raíz”. El corte, aunque duela, es esencial. Así que sin demora, córtese de raíz: “El derecho sucesorio de la infanta imputada, cesen a los políticos de gobiernos regionales que están bajo sospecha, abandonen los ayuntamientos los alcaldes y concejales que viven bajo sospecha, abandonen los consejos de administración aquellos consejeros que bajo sospecha entraron en la inducción a la corrupción con políticos”. Si empezamos de arriba abajo, daremos pruebas de que no solo  se piensa,  sino que se  actúa coherentemente.

Para esta poda, se precisan profesionales del “corte”, porque  podar, no es dejarlo todo hecho un solar, y por ello hay que dotar de medios a los que deben hacerlo, jueces y fiscales,  tienen que tomar la “motosierra” y organizar la poda con más medios.

Por otro lado, la función pública, ha sido un elemento que ha coadyudado a esta opacidad, porque a los partidos políticos no les ha interesado una reforma eficaz, independiente, con auténtica separación de poderes, sino que han preferido una administración colonizada y privada de su poder de función pública, con independencia, que se enfrentara a los “caprichos” de los políticos gobernantes, por muy votados que hayan sido. Si estas separaciones de poderes se hubieran mantenido, muchos reparos de funcionarios a propuestas de gobiernos locales, regionales, o del Estado,  habrían surgido efecto, y se habrían evitado bochornos de ver a muchos políticos en procesos judiciales.

No creo en las medidas milagrosas, pero si tengo confianza en un cambio radical con racionalidad y constancia. Para ello se precisa de un gran acuerdo,  no hay razón para esperar un año, a que cambio el panorama político. Se debería alentar “un pacto de revocación” para separar a todos los involucrados a día de hoy. ¡Caiga quien caiga! Es una demanda por motivos de salud pública y fortalecimiento de la democracia.

Porque los ciudadanos  quieren un espacio público para convivir en una democracia que ha recuperado la visión y empieza a exigir una sociedad transparente. Es el punto de confluencia de una sociedad que tiene el convencimiento que no hay democracia sin legalidad, y se precisa  esa “ poda”, es el momento, y con los deberes hechos, podremos afrontar en primavera cambios sin miedos, porque resolver estos problemas en la cola de los colegios electorales puede que las urnas se llenen con el castigo al enquistamiento de los corruptos y menos por los programas electorales, con lo cual seguiremos sin resolver los problemas en su momento oportuno, y lamentaremos no haber separado a los que se amparan en siglas e instituciones que no están para esto. Por favor, cortemos de raíz la corrupción, ¡ya!

José Molina Molina. Doctor en Economía, Sociólogo y Miembro de Economistas Frente a la Crisis. Autor del libro: “Ciudadano y Gasto Público” Editorial Aranzadi 4ª edición (2014) Publicado en Nueva Tribuna 28/12/2914

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