En España tenemos 8.116 Ayuntamientos, en Italia 8.101, en Francia son 3.879 cantones y 36.571 comunas, Grecia 1.034 (proyectan reducir a todos los menores de 10.000 habitantes), Bélgica 589, Alemania, 14.865 y Austria 2.351. Como podemos observar una estructura administrativa no muy acorde con las nuevas formas de organización y servicio a los ciudadanos. Son la expresión de una burocracia de siglos pasados, reforzada por un caciquismo local y conviviendo con un clientelismo político que ensombrece el sentir de los principios democráticos más esenciales.
Hace varias décadas Suecia y Dinamarca fusionaron sus municipios, dejándolos reducidos a 278 de los 2.281 que tenía Suecia, y Dinamarca pasó a concentrarlos en 98 municipios de 1.100 que tenían. A Grecia se lo han impuesto en las medidas para concederle las ayudas y tienen que pasar de los 1.034 a 355 ayuntamientos.
Reflexionando sobre nuestro país, de los 8.116 Ayuntamientos, el 59,60%, o sea, 4.862, tienen menos de 1.000 habitantes. ¿Porqué no iniciar la reforma de las Administraciones Públicas, reestructurando a la Administración Local? Se iniciaría algo con sentido, empezar desde abajo, para ir subiendo escalones. Se fusionarían estructuras, se simplificarían gestiones y se agilizarían servicios, haciendo más eficiente el esfuerzo económico de los contribuyentes, y lo que es más importante, se reduciría el caciquismo local y podría combatirse mejor la corrupción. Las visiones de campanario se abandonarían y pasaríamos de una situación anclada en la estructura del XIX a la dinámica de gestión que suponen los medios del siglo XXI.
El segundo escalón a subir, sería eliminar las Diputaciones, las CCAA uniprovinciales asumieron sus competencias y han demostrado que se funciona bien, no ha pasado nada, se asumieron funciones y funcionarios, y se ha reducido gastos de estructura innecesarios y menos sueldos de políticos y sus entornos asesores. Esta demostrado, estudiado, solo falta decidirlo.
El tercer escalón, es la reforma del Estado, pero lo dejaremos para otro momento. Empecemos por abajo y bien, para que el tercero sea fruta madura, porque si empezamos desde arriba, puede que cambiemos todo, para que no cambie nada, y para ese recorrido, tenemos los mejores expertos.
