Calidad de vida

El BCE y el FMI, está empleando todos los medios para salvar las instituciones financieras, el objetivo es que los bancos no caigan, aunque esta política sea a costa de la calidad de vida de los ciudadanos. No dejaremos de informar, que esta austeridad, como principio en si misma, no es la mejor política para salir de la crisis, y lo sustentamos con las siguientes cuestiones.
Primera: Las medidas de austeridad en la UE están afectando gravemente a la demanda, y este efecto negativo, está teniendo un doble efecto contradictorio, es negativo para el ciudadano, porque su economía familiar se está paralizando, mientras que las rentas altas lo utilizan para ganar más dinero y la mayoría de las veces para enriquecerse más, y no empleándolo en capitalizar sus empresas, y por otro lado a las pymes las están cortando las posibilidades de financiarse. Es por ello que el imperio de la austeridad es dispar entre las clases sociales.
Segundo: Hay que tener alternativa, el desarrollo del conocimiento nos dará un potencial de las capacidades humanas, y sin las trabas de un sistema que ha ocupado todo el espacio económico en defender sus privilegios, se podría haber realizado un desarrollo económico de producción de aquello que socialmente fuera útil.
Tercero: Se especula con el dinero, no se controla que las transferencias de fondos, sea para producir, sino que las corrientes financieras son para especular con los más variopintos productos financieros, apalancamientos y cualquier invento de la ingeniería financiera. Es el principio de crecer para aumentar la cuenta de resultados, cobrar bonus y salir corriendo. Nada serio.
Cuarto: La organización del trabajo, del capital y de los medios de producción, ha dado como resultado un desarrollo económico, pero cuando el sistema se hizo aparentemente invisible, cambió la creatividad y su sentido constructor, por especulación. Es cuando el sistema capitalista deja de ser motor de desarrollo, para convertirse en un sistema de desigualdades cada día más creciente.
Quinto: El desarrollo económico depende de las garantías de los derechos fundamentales, y si no hay un correcto control democrático de las instituciones, estamos ante un sistema de debilidades sustantivas, en especial las sociales, el derecho a la educación y la salud, cuya garantía no es un fin en sí misma, sino que constituye también el presupuesto elemental de la productividad individual y colectiva; hasta el punto que, seguramente, puede afirmarse que el gasto en tales garantías es la inversión productiva más eficaz. La batalla por la democracia es hoy, como siempre, una batalla sobre todo cultural.
Sexto: Las dificultades y los problemas son un abanico muy complicado, aunque el mundo del capital y del trabajo no encuentra una vía de complementos esenciales en esta crisis. La crisis nos está moviendo, tanto en lo geográfico, como en lo social y en lo ideológico.
A modo de conclusión: El mundo está dividido, no encontramos los nexos de unión, y ahora nos encontramos con el problema de compaginar el desarrollo, el consumo masivo, los problemas de la deuda, y es en éste crítico momento, cuando el capital ignora las capacidades humanas y las posibilidades que la sociedad actual tiene para aportar nuevas ideas y superar esta Gran Recesión, que nunca será desde la visión del sector financiero.