¿Estamos ciegos?

La llamada “troika” (Comisión Europea, FMI y BCE) tiene emprendida una articular batalla con la reforma laboral, pretenden que el mundo del trabajo se someta a una disciplina estructuradamente encuadrada en una explotación laboral consentida, como dice Itsván Mészaros estamos en una etapa de “metabolismo social del capital” con una propensión a destruir recursos naturales, trabajo, marginación de personas, estructuras organizativas y cuanto se resiste a su particular “orden y reproducción del sistema económico”. Estamos en un proceso de constante expolio, es lo que Marini llama “superexplotación”, porque hay una obsesisión determinista a apropiarse de lo público, del esfuerzo productivo y del sacrificio social, bajo el mensaje de salvar la economía del país. Estamos en una economía, cada vez más insolidaria, que ha impuesto los rigores del déficit cero, como norma de rango constitucional, para adaptarnos a las normas antes incluso que otros miembros de la UE.

Y todo apunta, a que en 2013 tendremos que soportar más recortes, porque el déficit anunciado del 8,51%, tiene un largo recorrido hasta dejarlo en el exigido por la UE del 4,4%. No es una cuestión sin importancia, porque la Ley Orgánica que en el futuro amparará el principio de sometimiento al equilibrio presupuestario, obligará a su cumplimiento. Un cumplimiento que políticos y los gestores de los presupuestos públicos lo llevaran a efecto, cueste lo que cueste, porque ellos son ejecutores, los que soportan esos rigores del furor anti déficit son los ciudadanos, jubilados, parados, educadores, sanidad, jóvenes pendientes de su primer empleo, demandantes de servicios, y un largo listado entre los que se encuentran numerosas ONG, que actúan de apoyo para que esta sociedad no se derrumbe.
Estamos ciegos de neoliberalismo, ciegos también, cuando el ministro Solbes bajó los impuestos sobre el capital, ciegos, porque la especulación nos ha hundido en la bancarrota. Ciegos, por no ver que los de rentas altas no precisan de los presupuestos públicos, porque tienen asegurada la sanidad, privada por supuesto, su educación, es la elitista, y pasan de los servicios públicos. Es por ello que griegos, portugueses, irlandeses, italianos y españoles, están dando la voz de alarma, porque ciegos no podemos continuar.

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2 comentarios en «¿Estamos ciegos?»

  1. Las normas no son en su totalidad malas, pero pueden tener efectos perniciosas y sobre todo pueden ser mejorables, esperemos que la razonabilidad llegue a tiempo. Gracias por tu comentario.

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