¿Hay vida después de las crisis financieras?

Rodeados de quiebras, inmersos en una Gran Recesión, fustigados por los domadores de la economía del miedo, los ciudadanos están mordiendo en el polvo de la arena de la lucha del día a día, a la que nos ha conducido esta supercrisis. Por fatalidad, por casualidad, o por los designios del destino, los ciudadanos se han convertido en gladiadores y luchan desesperadamente con las fieras de los mercados que quieren doblegarlos hasta pedir clemencia.
Pero en todo proceso se puede producir un cambio, suele ocurrir en el momento en el que los sufridores se sublevan y dominan a los guardianes del circo. Después de desarmar a los guardianes y aceptar la nueva situación, lo primero es aceptar y corregir el déficit primario, la siguiente medida es la salida del euro, la devaluación de la nueva moneda: el dracma, con un posible cambio de 1€=x0 dracmas.
Tendrán que pasar, posiblemente, dos años muy malos, dos años de reajustes, de contar con lo propio, de trabajar por un nuevo futuro, no trabajando “para el inglés” como se decía hace siglos, porque trabajar para el euro, se ha convertido en una esclavitud para algunos países, y debe corregirse, porque los ejemplos están al alcance de la mano, Corea del Sur, Indochina, Argentina y Rusia, etc. después de las quiebras de sus sistemas financieros y pasados dos años como mínimo muy malos, los mismos que pronostican a los países del Sur, y superado el trauma, crecieron entre el 7% al 8%, reorientaron sus economías, aunque nada es gratis, surgieron. La India puede ser también otro ejemplo.


En la eurozona, los efectos serían impactantes, causarían más recesión y las repercusiones en los países en rescate y los que están intentando evitarlo, sería desestabilizador. Alemania, la gran beneficiaria de este embrollo, no se libraría de asumir su parte de problemas. Ahora se financia gratis, y los demás países estamos pagando el exceso, pero si esto ocurre, los alemanes comprobaran que no sólo tienen el privilegio de financiarse gratis, sino un tipo de cambio competitivo, que pagan las devaluaciones internas de los países más débiles.
Hablar con claridad, conocer los beneficiarios y perjudicados, es positivo, porque debemos estar dispuestos a asumir los sacrificios que nos correspondan, sin tener que pagar dos veces, porque sería una estupidez o una tragedia, y de tragedia, sabe mucho el pueblo griego, así que atentos a lo que sucederá en el desarrollo de este problema, que es de todos. Y a propósito de esta situación, circula por el mundillo de los grandes patrimonios, los ricos españoles, un plan B para evitar las consecuencias de una salida del euro con la implantación de un corralito en los países del Sur. Porque la salida de Grecia puede ser más explosiva de lo que nos podemos imaginar, y se ha convertido en una pesadilla, una incertidumbre que nos acompañará hasta el mes de julio. Pasadas las elecciones griegas podremos saber, si como decía Keynes, el hombre sigue siendo creativo como lo ha demostrado en otras crisis y es capaz de una respuesta segura y urgente.
La diferencia en el tiempo de Keynes y la crisis actual, es que ahora vivimos engañados, y esa gran mentira nos ha introducido en un lio de proporciones colosales, porque hemos desregulado una maquinaria tan delicada como la financiera, y su falta de control nos ha llevado a tal desorientación que ni siquiera sabemos donde están las llaves del tesoro, si es que queda algo, porque la posibilidad de tocar otra vez riqueza y bienestar se puede perder en el tiempo, y sin confundirnos con una mala pesadilla, porque es una realidad que nos persigue por ser tan confiados.

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