Con insistencia estamos leyendo y oyendo que hay que cumplir con el calendario de reformas que el pasado julio aprobó el Comité de Basilea, donde se reunieron para la ocasión los Gobernadores de los Bancos Centrales y los Responsables de Supervisión, que es el comité de vigilancia del grupo Basilea. Estos requisitos de capitalización que reforzaran el sistema, se trata de un tema vivo y vigente, cuya discusión y conocimiento resultan fundamentales para poder entender la nueva arquitectura financiera internacional y sus consecuencias nacionales y mundiales. Porque la actual regulación del capital bancario conduce a incrementos en los requisitos de capital en periodos recesivos, que, a su vez, suponen una contracción del crédito concedido a las empresas, más dificultades para las nuevas financiaciones de proyectos empresariales, reducción de financiación a las economías familiares, y como consecuencia, un efecto muy negativo para el crecimiento de la economía.
La historia nos recuerda a Basilea, entre otros muchos acontecimientos, por ser la ciudad donde se tradujo por primera vez al castellano la Biblia, en su inspiración protestante, labor que corrió a cargo del fraile español Casiodoro Reina (1569), algún ejemplar se conserva en la Universidad de Basilea y en muy buen estado. Esta tradición de “reforma” ha debido de hacer mella para imponer a la Banca, su nueva “Biblia Financiera”. Una nueva biblia de nuevos impactos, imprevisibles muchos de ellos, con repercusiones muy diferentes según que países la apliquen. En nuestro país, del vendaval levantado se ha llevado por delante a un montón de Cajas de Ahorro, patrimonio social centenario, por no tener los cimientos lo suficientemente potentes. Su capital y reservas se habían evaporado por la senda de la especulación inmobiliaria y con otros muchos proyectos que impulsados por el caciquismo de los políticos locales o regionales, vaciaron a esas instituciones centenarias de lo más preciado de una empresa: su capital.
Basilea III plantea muchos problemas de adaptación importantes, que están obstaculizando el circuito de financiación a la economía de las empresas y familias, y todo ello ocurre en el peor momento de nuestro intento de salida de la crisis económica, no entendemos como se obliga a toda la cristiandad a una abstención de castidad, para no tocar crédito, por ser pernicioso según su nueva Biblia.
Nadie está pensando con sensatez, que este problema podría retrasarse dos años, y así lo han pedido algunos expertos, que no banqueros. Si se retrasaran dos años la entrada en vigor de las medidas, los rigores de la abstinencia no serían tan gravosos. Si la inteligencia y cordura se impusiera en el calendario, coherentemente serían dos años de retraso y diez de aplicación progresiva para el coeficiente de solvencia. De esta forma la adaptación se realizaría de una forma más natural, no tan traumática y se utilizarían para su capitalización los beneficios generados en ese periodo.
Pero no entendemos porqué, o si lo entendemos, es para pensar mal, la imposición de los “mercados” nos ha subido con urgencia a un tren sin hacer el equipaje. A este barullo, también han contribuido algunas autoridades, que silbato en mano, dijeron ¡señores al tren¡ Anticiparon el horario de salida, y las obligaciones, forzando a realizar bruscos ajustes en los balances de todo el sector financiero (Bancos y Caja).
Esperemos que estas nuevas propuestas mejoren el sistema, lo hagan más sano, más eficiente y más transparente, porque si después de todo, al final tenemos un fiasco todavía mayor que lo que ahora vivimos, tendremos que buscar al “revisor” para pedirle explicaciones, porque si a pesar de lo que esta ocurriendo, no reducimos riesgo, y seguimos pagando cara la deuda, las alteraciones contaminaran a todo el sistema, y a todos los países, y para ese viaje, no precisábamos tanto lío. Que Basilea nos coja confesados¡ Porque si al final del túnel no vemos pronto un punto de luz, los vagones no dan para mucho trayecto.
Os dejo un video de una ponencia de David Ballester y su presentación para que los descarguéis si os interesa:
Video de David Ballester sobre Basilea III
Ponencia de David Ballester sobre Basile III
Fuente: http://es.globedia.com/basilea-afecta-bolsillos
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