¿Qué pacto?

Las recientes declaraciones de Stiglitz, en la Universidad de Columbia (Toronto 25-10-2011), sobre las medidas para afrontar la crisis, deben hacernos meditar. Con rotundidad ha dicho, que la austeridad implantada por Alemania en la UE y que sucesivamente se está trasladando a las exigencias de los republicanos en los EEUU, condicionando las políticas de apoyo en la economía americana, son un suicidio y de seguir en ese camino de austeridad, no salimos de la crisis en muchos años.

joseph Stiglitz

Afirmaciones, claras y con dureza, y no porque sean dichas por un Nobel, tienen más peso sus consideraciones, sino que la economía nos orienta a que los gobiernos cuentan con políticas de estímulos, que bien aplicadas reactivan el consumo y la producción, y eso no es gastar más, sino administrar mejor.

Afirma el profesor, que estamos cogiendo la imagen de las economías más débiles, caso de Grecia, Portugal e Irlanda, y las estamos blandiendo, como si se tratara de economías atrofiadas, en estado ruinoso y sin energía de respuesta. Aparecen cómo los alumnos desahuciados, con orejas de burro, brazos en cruz y un montón de deberes pesados en cada mano. Sin oportunidad de repetir exámenes, les hemos anulado la matricula y están apunto de ser expulsados (según Sarkozy). Todo ello divulgado a los cuatro vientos, para que tomen buena nota, los españoles, italianos, franceses, y cuantos están en “la clase del euro”. Por eso a Cameron se le han sublevado sus propios diputados, se quieren marchar de la UE.

Ciertamente, la culpa, como muchas veces ocurre, la tienen los que han diseñado los programas, porque es de todos conocido, los defectos de partida, diseñar una moneda sin prever los mecanismos de ajuste, salvo sanciones, sin control presupuestario real, sin un Banco central que gobierne y sin una política fiscal común, es para suspender al cuadro de profesores (Maastricht). A los últimos del grupo, no se  les puede amenazar como está haciendo Sarkozy-Merkel, con el castigo impuesto, dejándonos sin crecimiento, por la vía indirecta de la recapitalización a  la banca, dictada en la última cumbre. No entendemos la discriminación realizada a los bancos según qué países, porque es un sin sentido financiero.

Desde una postura sensata, echamos en falta una cooperación en la política común, con más democracia y más solidaridad. Menos policías reprimiendo a manifestantes irritados, el reciente suceso del marine herido en Oakland –California, EEUU- es una demostración de lo que no se debe hacer ni por supuesto permitir, y más programas de impulso a la economía, porque de nada nos servirá, como dice Stiglitz, si al final a lo que nos obligan tantas medidas de austeridad, es a un “pacto de suicidio colectivo”. Porque deben saber, que cuando los más débiles lleguen a esa situación, a los que ahora se les denomina países ricos, puede que se ahoguen en su propia abundancia, porque salvarse solos, no les va a servir de nada.

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1 comentario en «¿Qué pacto?»

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