Entre el miedo y la esperanza

En economía nos enseñaron a ser previsores, en contabilidad nos explicaron que las provisiones en el balance para la cobertura de riesgos ciertos o muy probables, era una política de prudencia, por ejemplo, ante clientes, mercancías obsoletas y tantas cosas que circulan con un valor menor del nominal por muchos activos de los balances, es bueno depreciar a sus valores reales provisionando las perdidas futuras. El sector financiero sabe mucho de esto, aunque lo aplicó con deficiencia por los resultados que tenemos.

plan para riesgos catastróficos

Estamos en una sociedad que convive con los riesgos, y cada día más, por ello la OCDE nos recuerda en un reciente informe cinco riesgos que tenemos las economías mundiales como una amenaza latente sobre nuestra sociedad, su economía y lo que es peor, sobre la población mundial. Este informe alerta para tomar medidas.

Estos riesgos futuros los denomina la OCDE “shock globales” los cuales pondrán a prueba a la economía si ocurren, según el momento en que se produzcan y si llegaran a solaparse. Son acontecimientos sumamente perjudiciales, como terremotos, erupciones de volcanes, nuevas crisis financieras, revoluciones políticas desestabilizadoras, descontento social, y muchos otros factores como los de tipo sanitario, así es el caso de las pandemias. Todas ellas pueden ser un efecto negativo con externalidades económicas que contaminan la producción, el consumo, el empleo y el crecimiento de los próximos años.

Sin ánimo de alarmar, se analizan los ciclos de pandemias y en los tres últimos siglos, cada 25 ó 30 años hemos sufrido una, y se espera para los próximos años que surja un brote tipo como el N1 H1 (México) que nos cogió a todos por sorpresa. El sector del transporte, turismo, etc. conoce muy bien sus repercusiones por ser los más sensibles a estos acontecimientos. Los cálculos económicos por cada muerte, hospitalización, consultas, ambulatorios, medidas adicionales, sólo en EEUU, estaría en una cifra entorno a los 550 millones de dólares, según el informe citado.

La crisis financiera, es un ciclo todavía no cerrado, y se prevé que seguirá presente porque las medidas no están siendo lo suficientemente correctoras. Señala el informe que el ciberriesgo es un problema no controlado, los servicios como electricidad, gas, agua, petróleo, requieren un mantenimiento y seguridad regular y cómo hemos visto en algunas ocasiones se han producido catástrofes por una falta de mantenimiento.

La evolución del planeta y su corona solar provoca tormentas geotérmicas que podrían costar por daños billones de dólares. El descontento social y político se suma a todos los problemas señalados, el nivel de paro, en especial el de la población juvenil, no puede permanecer por mucho tiempo sin recibir una respuesta adecuada.

No son cuestiones para el olvido, en una sociedad bien organizada debería establecerse una tasa de “previsión para riesgos catastróficos” que en paralelo con la tasa que esta en discusión sobre las transacciones financieras internacionales, constituyera un fondo estructural para tenerlo a disposición de aquellos que sufran en el futuro cualquier desgracia. Si pensamos, para Lorca, Fukushima, El Hierro, y tantos otros, hubiera sido un buen apoyo. Hace mucho que nos explicaron lo de la cigarra y la hormiga ¿seguiremos viviendo al día?

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