Un futuro con taquicardia

Los mercados quieren mantener a los ciudadanos en la antesala del cardiólogo, ellos por sus
arritmias, pero los ciudadanos porque estamos pre infartados, no hay fármacos,
ni quien los pague, para tranquilizarnos. Un diagnostico confuso, una
saturación de desatendidos, la tensión disparatada, y los controles no
funcionan. Algunos esperan un milagro. Otros quieren saber la verdad. Un
diagnóstico claro.

Salir de la crisis, implica la combinación de varias disciplinas, cambios en las pautas de conducta,
flexibilidad en las decisiones y objetivos, porque no hay una salida
unidireccional. Precisamente, se han deteriorado tantas cosas, que todos los
caminos están por reparar. Para salir, se precisa recuperar un ritmo
circulatorio normal, un consumo que nos devuelva la energía, queremos caminar
con autonomía, dueños de nuestro cuerpo, sin estar asistidos, queremos caminar
sin ataduras, porque hemos luchado por mantenernos con vida y deseamos la
libertad para que nuestra sociedad perdure.

Desde una posición tan mayoritaria como anuncian las encuestas, con dominio en todas las
Administraciones Públicas, se precisa que el control del gasto y la rendición
de cuentas se ejerciten por poderes independientes, porque nos encontramos ante
una estructura del Estado amurallada y defendida por multitud de funcionarios
que actúan al dictamen de lo que ordenan los políticos.

Hay que buscar un equilibrio,  entre lo que nos impongan
desde los mercados financieros y otros implicados en las políticas
presupuestarias europeas y lo que desde la FAES
impulsen para implantar como modelo de sociedad, un proyecto que para
muchos quedó interrumpido en el 2003. Los gobiernos del PSOE, desde la derecha
se han considerado como algo que se obtuvo por efectos de manipulación. Han
sido dos legislaturas, repudiando la legalidad, porque según sus cálculos les tocaban
a la derecha gobernar en una situación de continuidad. Ahora podrán ocupar los
espacios, con tanta holgura, que nunca un partido tendrá tanto poder acumulado,
vamos a saber lo que es la fuerza de la derecha, dispuesta como han dicho a
aguantar toda la presión de contestación.

Todos tienen programas ocultos, los mercados, los partidos políticos, la UE, el G-20 y el FMI, y lo
que ocultan todos, es que la presión sobre la deuda soberana, el déficit público,
es la excusa para ir imponiendo en Europa una tecnocracia neoliberal. Ya lo
intentaron por la fuerza en América Latina, recordemos Argentina, Chile, Perú,
y tantos otros países que fueron gobernados con las ideas producidas en Chicago
y con el germen que aportó la escuela austriaca.

En España reiniciamos la época neoliberal, no es momento de lamentos, es la hora de reaccionar porque la
posibilidad de cambiarlo todo, hay que impedirla con una estrategia organizada
de defensa de aquello que no se puede tocar del estado del bienestar, y en
especial no podemos perder la solidaridad, porque es esencial frente a una
intoxicación de individualismo, que nos deje como mensaje el “sálvese quien
pueda”, y es entonces cuando tenemos que controlar bien los ritmos, porque el
cuerpo social lo requiere, con independencia de quien conduzca la ambulancia.

 

Compártelo en tus redes: These icons link to social bookmarking sites where readers can share and discover new web pages.
  • Facebook
  • Twitter
  • LinkedIn
  • Reddit
  • Print
  • email
  • Google Bookmarks

Deja un comentario