Despejando incognitas

Pronto tendrán que asumir los nuevos responsables de Hacienda, dos cuestiones importantes. Por un lado, la prórroga del presupuesto para el año 2012 y, por otro lado, las partidas que serán eliminadas de la liquidación del actual 2011 y las que no se incluyan como continuidad en la prórroga presupuestaria. En esta operación está en juego una cifra que se sitúa en una horquilla de entre 18.000 y 30.000 millones de euros. Es una lotería inversa en la que los gastos sociales tienen un imán especial para atraer las tijeras del nuevo Gobierno. Ya han dicho que, si no se puede sostener, el estado del bienestar se desmonta en parte, que no es un derecho sino una posibilidad presupuestaria: cuando hay medios se sostiene y cuando no, se reduce o se suprime. Neoliberalismo en estado puro.

subida de impuestos

Otra medida que pronto nos sorprenderá será la subida del IVA. Todo indica que se aplicará por el diferencial que tenemos con los países del entorno. Subir el IVA es la medida más negativa para el consumo, la más eficaz para la caja de Hacienda y muy sabrosa para todos los que siguen defraudando al fisco con sus entramados o la pujante economía sumergida.

La lucha contra el fraude, la desaparición del sistema de módulos, las tramas de los emisores de facturas falsas, que tanto contaminan el sistema, la falta de transparencia en lo público y en lo privado, así como otras medidas que mantienen una desigualdad de tributación, cuyo caso más sangrante es el de las SICAV, que sólo tributan al 1% de sus beneficios, no tienen fecha en el calendario. Un sistema así no resiste un momento crítico como el que nos toca vivir. No pueden hacerse recortes para unos mientras que otros no pagan. No se explica. Y moralmente es la Administración la que pierde credibilidad.

Es exigible mayor transparencia en el gasto y en el ingreso, pero sabiendo que lo verdaderamente escandaloso no está en el gasto social, que se ha tomado como uno de los males del desequilibrio presupuestario, sino en la actividad y en los rendimientos ocultos que escapan al control del fisco. El sistema precisa que se despejen incógnitas porque la ecuación de equidad, por principio de moralidad pública, hay que despejarla.

Publicado en La verdad (Murcia/España) el dia 26-11-2011

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