Trabajadores sin empleo, sin casas, endeudados, sin formación cualificada, sin medios de subsistir, sin cotizaciones para su jubilación y viviendo encadenados en las muy diferentes actividades sumergidas, el que puede.
Los TSE (Trabajadores sin empleo), tienen que organizarse. Para ello nada más eficiente que se promocionen actividades locales, los municipios tienen un catalogo importante de ellas, y esto nada tiene que ver con un “Plan E”, porque debe ser apoyado desde un movimiento natural de asociación y que su actuación organizada de servicios a ese entorno local, donde se establezcan acuerdos libres de retribución, y donde la cotización social, sea un aspecto a cubrir por un fondo de solidaridad interregional, cubierto por aseguradoras y sector financiero. Una sociedad organizada es una sociedad segura, y es mejor contribuir a un proyecto social amplio, que pagar por seguridad privada, para defender un orden. El orden general, se fortalece, cuando todos los ciudadanos sienten lo común como propio, y lo de cada uno se respeta como principio de convivencia. Hay de todo, faltan ideas.
Se precisa una acción constante, una organización de todos los medios y una dinámica educativa con una acción continuada de participación para que se integren social y culturalmente todos los colectivos con problemas. Problemas los hay, los tendremos, pero la sociedad actual debe tener soluciones y la crisis no es una escusa para no actuar, al contrario, la crisis debe ser un motor para impulsar con más energía, más imaginación, más eficiencia y coordinar las diferentes estructuras para conseguir un objetivo tan legítimo como el trabajo, una vivienda y asegurar la jubilación.
Caminamos hacia una futura sociedad, es posible, las “subprime” pusieron de manifiesto que el sistema dio a diestro y siniestro, créditos sin garantías, ahora, debemos organizar la actividad económica de diferente forma, la propiedad, las formas de producción, la eficiencia y productividad, y todo ello con un objetivo de mejorar la convivencia en la sociedad, en donde las formas de cooperación tienen un gran reto.
Una acción educativa fundamental, donde la escuela pública tiene un protagonismo especial, porque la formación de los ciudadanos para estas tareas reformadoras es esencial. Esta educación no es el seguimiento de una lista de conocimientos reglados, sino hablamos de un sistema educativo que sea una simiente para desarrollar una conciencia ciudadana, en donde lo colectivo y la integración sea un pilar fundamental para conseguir equipos que actúen y transformen la vida local, en una sociedad con deseos de encontrar un futuro estable con menos sobresaltos.
El impulso de los TSE hacia horizontes productivos, nos dará una nueva versión de escenarios del sistema, antes nos presentaron a los “subprime” como los adquirentes de bienes, incautos suscritores de hipotecas para tener en propiedad una vivienda, ahora con un sistema más racional, pagaran sus créditos, pero lo harán en base a proyectos con un futuro viable, no como antes que fueron cautivados en la pirámide especulativa de un sistema que los ha utilizado como moneda de cambio para justificar unos beneficios rápidos para sus directivos. Las Universidades tienen un papel importante que desarrollar, un actor de apoyo para el método de los proyectos, así como servir de guía para hacer seguros los proyectos, así como las Administraciones Públicas, podrán impulsar desde estas iniciativas de promoción, incluyendo las ONG y otras instituciones.
2012 será un año duro, las iniciativas pueden ser muy variadas, pero todas las que se puedan impulsar bien recibidas sean, es el momento para que educadores, políticos, sociólogos, economistas, ingenieros, profesionales en general, ONG y cuantos quieran incorporarse a estos impulsos, en donde se pongan los conocimientos y experiencias, las capacidades propias y las de todos los trabajadores para salir de la crisis, pero no de la crisis de los mercados, sino de la peor crisis, la de la falta de ideas.
Publicado en el blog del Circulo de Economía el 7 de febrero de 2011
