Sin creación de empleo no hay crecimiento

La prolongada recesión ha puesto a los economistas en pie de guerra. Hemos vuelto a las grandes batallas de ideas de los años cuarenta, cuando se registraron confrontaciones entre los teóricos de los ajustes duros en la economía y los partidarios de estimular el crecimiento. En Estados Unidos se reproduce ahora la polémica, la cual está muy presente en la confrontación electoral para la Casa Blanca, pero que también tiene trascendencia a este lado del Atlántico. En Francia se vive la misma tensión por la conquista de Elíseo, donde se enfrentan posiciones ideológicas diferenciadas para la salida de la crisis. En Alemania está latente el mismo problema y en el Reino Unido se debaten en parecido posicionamiento de ideas. Internet está jugando un papel activo y se utilizan todos los medios que la red permite para mantener sus encontradas ideas.
Desde el balcón oficialista (BCE, OCDE y Reserva Federal) han decretado que lo peor de la crisis ya ha pasado, pero no piensan igual los diferentes actores de la economía mundial. La conclusión de lo que se observa es que el proceso es largo y lento. Puede que lo peor haya pasado, pero también es cierto que nadie lo asegura, y menos aún en el sur europeo, donde la dureza de la recesión es superior de lo que nos dicen. Un ejemplo lo tenemos en los presupuestos españoles para este año, en los que no hay medidas para reactivar de la economía. Rajoy ha sido tajante ante sus propios: ni autopistas, ni aeropuertos, ni pabellones: todo para reducir deuda.
Por la vía del ingreso, los presupuestos han incorporado una amnistía fiscal, muy contestada, socialmente impresentable. Se espera que solucione algunos problemas de tesorería, pero la repatriación de capitales al 10% no impulsará desarrollo económico, según tenemos constatado por las anteriores amnistías fiscales de los ministros Boyer y Solchaga, que no resolvieron el problema y sí dañaron la credibilidad del sistema fiscal. La del ministro Montoro tiene peores connotaciones y agrandará todavía más la brecha que existe entre los que se consideran cautivos del sistema tributario y los que pueden limpiar su expediente con la compra de la “bula” cada cierto tiempo. Una lectura de las encuestas de opinión que anualmente realizan sobre la “conciencia tributaria de los ciudadanos” así lo pone de manifiesto. La amnistía fiscal es un atropello a los buenos contribuyentes y un golpe bajo a todos los cuerpos de la Administración Pública que diariamente luchan por que esta sociedad sea cada día más transparente y equitativa. Entre subir el IVA o una amnistía fiscal, personalmente prefiero luchar contra el fraude, pero en último extremo, es más adecuada al sistema tributario, la primera que la segunda, porque cada amnistía fiscal, sin entregar las ‘armas’ (paraísos fiscales), es como si se amnistiara a los terroristas sin que entreguen primero las pistolas. ¡Sin desarme no puede haber perdón!


¿Qué hacer? Para salir de la recesión, la OCDE ha sugerido un programa de inversiones públicas en infraestructuras, dentro de un modelo selectivo y que apoye el crecimiento en los sectores con más potencial de nuevos empleos, desde luego, con una mirada puesta en las actividades productivas y exportadoras: ni un euro público para los esperpénticos proyectos del mega juego de los parques de ocio.
El empleo es un objetivo esencial para salir de la recesión. Sin creación de empleo no hay crecimiento. El derrumbe del sector inmobiliario ha provocado una brutal reestructuración, y no debemos olvidar las consecuencias del peligroso juego de poner casas y complejos urbanísticos jugando al “monopoly” nacional, que nos ha hundido en el mayor paro de Europa y con salarios a la baja.
Se precisa de una nueva estrategia, porque no podemos soportar más sacrificios por mucho tiempo con el objetivo de limpiar los balances como nos exigen los mercados. Nuestros nietos recibirán unas cuentas saneadas, pero mi generación ya pagó la factura de la estabilización de la economía en los años 60 y apoyamos la construcción de la democracia para el resurgir de un nuevo Estado desde las viejas estructuras económicas. Fuimos tan comprensivos que se respetaron los privilegios económicos de las familias que dominaban los monopolios económicos (esas familias continúan con sus patrimonios y su poder) y hoy toca advertir que la reconstrucción de la economía no la pueden liderar los que fueron causantes de su desastre. Al menos, así nos lo recuerda Keynes.
Pienso que la crisis nos sitúa ante un pensamiento integrador y solidario y desde una teoría económica que impulse más la creatividad que la agresividad, que arrincone al dios consumismo, por destructivo, que deseche el despotismo tecnocrático porque en poco tiempo ha malgastado las reservas del sistema y, lo que es peor, nos ha dejado sin derechos y con una sociedad estructuralmente muy desigual.
José Molina Molina es doctor en Economía, Sociólogo y Miembro del Círculo de Economía.
Publicado en La Verdad (Murcia/España) el día 21/4/2012

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7 comentarios en «Sin creación de empleo no hay crecimiento»

  1. Pepe estoy totalmente de acuerdo contigo y me encanta leerte y ver que sigues con la misma fuerza y el buen hacer que siempre.

    Tenemos una comida pendiente

    Un abrazo

    Teodoro

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  2. Muy buen enfoque.El único economista que ha sido capaz de afrontar una crisis como la que estamos pasando actualmente,y salir victorioso, ha sido el Dr. ROBERTO LAVAGNA,de Argentina.Tan buena fue su gestión que Néstor Kirchner temeroso de la popularidad que este hombre estaba cosechando,prescindió de su asesoramiento.Cordiales saludos.

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  3. Gracias por tu apoyo. Creo que se precisa una politica economica diferente y con reformas que eliminen los privilegios existentes.

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  4. Yo no lo veo tan lúcido. Como muchos (demasiados) bla blabla. De acuerdo en cambiar el sistema productivo, crear empleo, etc. pero hay que decir el como de la cuestión. Lo demas lo sabemos de sobra, es decir que estamos tiesos y ademas con una deuda descomunal que impide cualquier despegue. Los que ahora somos viejos, salimos por los 60 trabajando como enanos y con poco dinero, pero salimos adelante y quitandonos los seculares piojos de encima que ahora volveran si no haceis un esfuerzo común. Una cosa es predicar y otra…..

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  5. Es cierto que en los 60 iniciamos un largo trabajo de recuperación economica y politica, pero ese proyecto no ha decaido por mal diseñado sino por los abusos que han cometido los monopolios y la falta de transparencia y regulación. Así, que hay que retomar las responsabilidades, pedir cuentas a quien incumplio, y tomar medidas para que no vuelvan otra vez los engaños colectivos. gracias por tu colaboración.

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