¡Suspenso!

Estamos conmocionados, por una visión de violencia y enfrentamiento, con sensación de olor a carne corrompida (Génesis, 6,11), vamos camino del Arca que nos salve del diluvio universal, y en ese caminar surge como murmullo una pregunta ¿Dónde está Noé? ¿Y si Dios no ha señalado ese camino como el correcto? ¿Necesitamos una catástrofe para avanzar? ¿Ha llegado el momento? Es tiempo de resurrección y de elevar nuestro espíritu, para no vernos sometidos a una esclavitud de los mercados.
Hemos constatado, cómo la política generadora de escasez nos ha situado in extremis en un rigor “mortis causa”. Porque la austeridad extrema es un fenómeno exterminador, no es un efecto de equilibrio, subsisten sin solucionar los dos grandes problemas de la política económica que marcan la orientación de los programas de gobierno: el pleno empleo y el reparto de la riqueza. Esos dos grandes problemas, nos decía Keynes, mientras no los solucionemos son dos vicios del sistema que nos corroe desde los cimientos.
Para cubrir estas deficiencias, estamos viviendo una oleada de estúpidos mensajes tergiversando conceptos y manipulando realidades. Por ejemplo, se ha llamado “ponderación” a la subida de impuestos, con una mezcla de amnistía fiscal para los defraudadores, constituyendo una manipulación del lenguaje que se ha convertido en vocabulario oficial de todos los partidarios de los ajustes duros en economía. Los “economistas frente a la crisis”, estamos denunciando estos desmanes, y en otros lugares, personalidades de la economía como Krugman y Stiglitz, se han unido a esta cadena de denuncias sobre la manipulación y distracción con falsas ideas que confundan a los ciudadanos.
En este ambiente de “mercadillo” donde conviven el populismo, ultraliberalismo, neofascismo y los ortodoxos de la austeridad extrema, se mezclan en un ambiente peligroso, acercándose sigilosamente a los enemigos íntimos de la democracia. Ellos, sólo conocen la desigualdad desde el poder, porque viven en sus privilegios, sus universidades, sus escuelas de negocio, sus residencias vigiladas, o sus barrios exclusivos. No viajan en el “metro”, no utilizan los servicios públicos, y si pasean por un parque, es para realizar un reportaje fotográfico convenido con algún medio de comunicación. No son del pueblo, no sufren con sus ciudadanos. Desde un análisis de sus actuaciones suspenden en:


• Participación: no conviven con sus ciudadanos, desconfían de ellos y los tratan como a menores de edad. El Anteproyecto de Ley de Transparencia es un ejemplo.
• Transparencia: No abren los circuitos de la información, se oscurecen los hechos y se obstaculiza cualquier intento de dar pasos hacia un gobierno abierto.
• El suspenso de los mercados, nos empobrece día a día. Por más reformas, no se creen las reformas. La eliminación de los derechos los mercados no la valoran tan positivo, porque estamos dando la imagen de una sociedad de ciudadanos esclavizados sin futuro e iniciativa.
• Suspenden en comunicación, porque no pueden ser más negativos los efectos económicos de todas las medidas.
• Suspenden en gestión, reforman sin cambiar, utilizan los recortes como si de un viejo traje se tratara, cuando hay que diseñar una nueva Función Pública, más eficaz, más participativa y más creativa.
• Suspenden en la reforma del sistema, tenemos sin solucionar los problemas del sistema financiero, hemos olvidado los problemas del sistema productivo, y no incentivamos la investigación y la innovación.
• Suspenden en convivencia, su mayoría absoluta se ha transformado en una arrogancia despreciando la sociedad civil, cuyo apoyo es esencial para el funcionamiento de la democracia.
• Suspenden en convivencia, porque han diseñado un proyecto excluyente en lo social, económico y político.
• Suspenden en democracia, porque no hay peor política que el “ordeno y mando”, culpabilizando a los enemigos por la herencia recibida y evitando los debates públicos.
Estas deficiencias se pueden recuperar superando nuevos exámenes. Se precisa solidaridad, y para conseguirlo tendremos que aportar todos más solidaridad. Si se ha gestionado mal, entre todos tendremos que aportar un mejor control para la gestión de lo común, como son las estructuras públicas. Aprender la lección, para superar el examen del reto de un gran pacto social, un acuerdo que proteja a millones y millones de ciudadanos, españoles y de la UE, así como de otros países, porque eliminar las desigualdades existentes entre los poderosos del mundo y sus ciudadanos, es cosa de todos. Y si algunos piensan que es una utopía, mejor que lo califiquen de sueño, que también soñaron Luther King y Lula, y a sus pueblos les ha ido mejor. Los sueños también tienen su efecto positivo.
Publicado en el Blog del Circulo de Economía el 30/4/2012 Y en el Diario La Opinión (Murcia)

Compártelo en tus redes: These icons link to social bookmarking sites where readers can share and discover new web pages.
  • Facebook
  • Twitter
  • LinkedIn
  • Reddit
  • Print
  • email
  • Google Bookmarks

Deja un comentario