España está viviendo su particular “gran crisis”, así lo califican los periódicos por todo el mundo -Wall Street Journal, Financial Times, Suddentsche Zeitung- así como otros de la prensa inglesa, italiana y francesa, todos resaltan que además de los problemas de pago de la deuda que tienen la Europa del Sur, España se ha metido en un bucle de complicadas crisis institucionales. Es más los italianos nos reprochan que pagaran más cara la financiación por nuestra culpa.
Nos acusan de no saber afrontar los problemas económicos, los políticos y los sociales, de forma que sean parte de la solución, y no que ocurre todo lo contrario. La falta de decisiones en política financiera, ha traspasado los límites, y de los déficit de las AAPP, hemos pasado a reivindicar “Haciendas Propias” y hasta la aspiración soberanista se prepara para levantarse políticamente contra el sistema “Central”, que ha descentralizado y cedido competencias, pero que no ha sabido al mismo tiempo construir las lealtades instituciones necesarias para la convivencia de todos. Desde que se impuso “el café para todos”, se rompieron los primeros platos de la vajilla, y ahora, unos y otros, quieren romper el resto de los platos que quedan.
Empieza a tomar cuerpo en los medios internacionales, que es muy difícil salvar España. Estamos en un laberinto y la falta de objetivos pactados entre todas las Administraciones, los políticos de todo signo y la sociedad civil, está propiciando que las aspiraciones guardadas en los armarios de las reivindicaciones históricas se abran, porque cada español tiene su propio armario, y cuidado, porque si se abren todos a la vez, se nos viene abajo el montaje del 78. Se han bloqueado demasiados procesos y demandas, y sin embargo se ha apoyado a muchos indeseables, nos han burlado tanta honra y tantos ahorros, que habrá que plantearse si en vez de quedarnos en casa, como nos aconsejan desde el gobierno, tendremos que salir todos a la calle, aunque sólo sea para que nos vean juntos, porque juntos ¡podemos!
