El mundo vive de espectáculo en espectáculo. Kafka, en un relato corto publicado en 1922 en la revista literaria Die neue Runschau, nos describe que hubo un tiempo que existía como espectáculo “los ayunadores”, que encerrados en jaulas mantenían su ayuno durante cuarenta días, como una temporalidad bíblica, que situaba al ayunador al límite de su supervivencia.
El relato corto de Kafka, termina con el ayudador casi abandonado, porque los ciudadanos pasaban de su espectáculo. En ese final aniquilador, el ayunador confiesa que ayunaba no por demostrar su capacidad y resistencia, ni como medio de vida, sino porque no le gustaba la comida. Se ha utilizado en muchas ocasiones como un cuento para combatir la anorexia, pero recientemente, autores como Christian Salomón, lo han relacionado con la vida política.
No hay atracción para digerir lo que nos presentan los partidos políticos, la desafectación se impone porque los ciudadanos nos sentimos enjaulados como en el relato de Kafka. Sus menús se han convertido en algo no apetecible, y los relatos de los acontecimientos dan nauseas, y sus programas e ideales se han quedado petrificados y son imposibles de hincarles el diente. Tenemos un apetito ordenado, pero los restauradores de alimentarnos de ideas políticas no sirven el menú que anuncian a la entrada.
No hay que caer en sus trampas. No somos como el que describe Kafka, tenemos que reaccionar a tiempo, porque esa no es la vida libre por la que luchamos día a día. Porque si no reaccionamos, el relato de Kafka termina sustituyendo al ayunador por una pantera negra en la jaula. El tiempo dio la razón al de Praga, y la delgadez de su protagonista era el descontento, el cansancio y la desgana de tragar con la corrupción política, el nazismo alimentó a una sociedad hambrienta, ahora reviven por diferentes horizontes auroras vendiendo los mismos ideales, no vivamos las desgracias varias veces en la vida, dejémosla en los relatos, que la pantera negra, cuando sale de la jaula, destruye ideales y todo lo que representa.
Por eso debemos reivindicar la política como instrumento de influencia para construir modelos sociales cohesionados y sostenibles económicamente. Necesitamos más y mejores mecanismos de representación social y política que den voz a todos los ciudadanos. Un impulso para construir un proyecto capaz de ilusionar, dar confianza y convencer al conjunto de la sociedad que desea recuperar el bienestar perdido, el espacio común que nos han arrebatado, y una democracia abierta, transparente, vertebrada, participativa, que recupere la ilusión del electorado.
Es imprescindible dar un paso al frente para junto con la ciudadanía encontrar las nuevas demandas sociales. Salir de la jaula para desnudar nuestro debate que sin enredarnos en las cosas accesorias, concentremos nuestros esfuerzos en salir de la crisis económica y política en que estamos, sin más futuro que el presente negro que nos ofrecen cada día.
jose el problema es que gran parte de la ciudadania a perdido todo el interes por la politica y sobre todo por los politicos a los que consideran todos iguales,razon no les falta ya que las politicas del pp-psoe poco se han diferenciado economicamente y socialmente como las desgracias de unos no son soportables por otros a la gente de da igual.La ignorancia es unas de las armas favoritas de los politicos.
un saludo
bernat
La ignorancia y la apatía son destructivas, hay que luchar contra ellas. Gracias por tu comentario