¿Por qué estamos endeudados?

Las deudas han convertido la vida social en un sistema reduccionista. Sin enterarnos (porque lo han ocultado) todos somos responsables de las deudas contraídas. A los excesos de cada uno se han sumado los de cada empresa y los de cada institución pública y entre todos han condicionado nuestras vidas, nuestro futuro y nuestra seguridad. Nos han endeudado tanto, ocultado sus deudas, que han sido capaces de engañarnos por un lado, desfigurando la realidad, y por otro, nos han trasladado la culpa de quienes impulsaron estímulos ficticios, para financiar proyectos inapropiados. Ahora somos infelices, han mermado nuestras posibilidades, nos eliminan servicios esenciales y la precariedad se ha instalado en nuestra sociedad ensombreciendo hasta nuestros deseos más elementales de igualdad y libertad.
A Mario Draghi le debemos, justo es reconocerlo, que comprara toda la deuda de los países del Sur de Europa para evitar su “impulsión”. Desde entonces, las primas de riesgo han ido a la baja. Tomemos buena nota. Fue una decisión frente a los especuladores y apareció el prestamista que faltaba en el sistema, en el momento en donde se ponía en peligro el proyecto común.

Poder ciudadano y buen gobierno
El buen gobierno

En nuestro mercado interior, con una gran crisis de demanda, salarios a la baja y sin apenas creación de empleo, lo estamos apostando todo a la exportación y el turismo, dos factores muy sensibles a las alteraciones, porque el mundo no es lo bastante grande como para encajar las pautas exportadoras de Alemania, a los que todos quieren imitar, y por otro lado, estamos disfrutando de unas cuotas de turismo prestadas por la inestabilidad de los países en conflicto, que en algún momento volverán a recuperar sus propias demandas.


La eurozona produce un 3% menos de la riqueza que en 2008 y crecer a un ritmo del 2,5% de superávit comercial, parece que no se compagina con las posibilidades de la economía mundial.
Si crecer a ritmos anteriores a la crisis es un difícil problema, si no podemos generar con facilidad excedentes para superar nuestra depresión económica, tendremos que detener la presión acreedora y negociar plazos. Necesitamos una política y unos políticos que nos defiendan como hizo el BCE, porque si unos gobernantes “insensatos”, con unas políticas y proyectos alocados, han vendido nuestras vidas al enemigo sempiterno de los débiles, tendremos que buscar nuevos gestores que sepan negociar plazos.
Hoy vemos con pavor y tristeza cómo reviven las figuras de siervos y servidumbre por contratos. Cómo recortan los servicios públicos para cubrir las exigencias de fallidos contratos. Está claro que no supimos elegir, que nos hemos equivocado. Nos ofertaron grandezas sin antes haber sopesado que administrar lo común te hace responsable solidario de tus éxitos y también de tus fracasos. Ahora tenemos la conciencia infeliz, una sensación de fracaso que nos quieren imponer a los ciudadanos aumentando el trabajo, reduciendo el dinero y con obediencia al mando.
No queremos ese camino de pobres, ni seguir mediatizados. Queremos apelar a una nueva conciencia que explique de puerta en puerta que nos están atacando. No queremos ser prisioneros de una economía del gasto que apoyaron políticos y banqueros, quedando al margen los que siempre soportamos los errores, los proyectos sin sentido que han convertido a un país de maravilla, en un paisaje falsificado.
José Molina Molina. Doctor en Economía y Sociólogo

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1 comentario en «¿Por qué estamos endeudados?»

  1. Jose como te puedes esplicar que en un pais de mileuristas,tiempos pasados,la gente hiciese cola en los concesionaros de coches jovenes comprando potentes vehiculos alemanes,atquiriendo pisos que nunca llegarian a pagar y politicos que lo quequerian era pasar a la historia de sus ciudades siendo el que mas obras faraonicas habia realizado,dudo mucho que de esta crisis esta deuda salgamos en esta decada,los poligonos industriales de Palma estan llenos de gente repartiendo curriculums y tiendas de chinos que ahora empiezan a cerrar.
    Un saludo
    Bernat

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