Tres regidores con diferentes ideologías: Eduardo Contreras (PP) Molina de Segura; Anne Hidalgo (Partido Socialista) París, y Bill de Blasio (Demócrata) Nueva York han coincidido en que lo importante es plasmar en realidades lo que los ciudadanos sienten como prioritario
Cada vez más se generaliza la conclusión de que el poder político se ha revelado completamente inútil para proteger y mejorar las condiciones de vida en términos de salud, educación, vivienda, trabajo y servicios públicos, lo que se ha traducido en la desafección creciente del sistema de partidos, debido a la complicidad de éstos con intereses económicos privados y a la adopción de políticas regresivas en lo político, social y ambiental. Es una crítica que está en las encuestas de opinión y el reto es cómo reaccionar ante esa realidad que reivindica nuevas formas de hacer política. Una propuesta de regeneración, que se está abriendo camino como nueva esperanza democrática, es la participación ciudadana.
Entre los miles de proyectos existentes en todo el mundo (más de un centenar en España) a modo de ejemplo traigo a colación los de Molina de Segura, París y Nueva York. La primera por proximidad y las otras dos por lo que representan en el mundo. En París se van a destinar 20 millones de euros, un 5% del presupuesto, para que los ciudadanos sean quienes decidan en qué es prioritario emplear ese dinero; en Nueva York, 25 millones de dólares y en Molina de Segura se consignará un millón de euros, pero lo esencial no es la cantidad que se destine sino dar entrada a la ciudadanía en la decisión, incrementar la transparencia y comprometerse a rendir cuentas directas. De esta forma los ciudadanos empiezan a considerar presupuestos e instituciones como algo propio.