¡Es decepcionante! Estamos cayendo en el pozo de la pobreza y los impulsores no dan explicaciones sinceras. Incluso se atreven a decir que estamos en el fondo, porque no fuimos prudentes y nos dejamos llevar a una caída libre, semejante a un suicidio voluntario. ¡Hay que ser sádico, para decirlo! Pero se ha dicho.
Los desequilibrios nos acompañan como una maldita sombra, por eso, en el primer Plan de Desarrollo (1984), dejamos muy claro que para vencerlo había que cambiar muchas estructuras, potenciar las que eran más positivas y abandonar los caminos equivocados, treinta años después, Murcia sigue padeciendo sus históricas deficiencias.
Los índices de pobreza publicados por FUNCAS, son un ciclón económico que ha levantado muchas de las teorías que se han estado defendiendo en estas últimas décadas. España presenta un desarrollo a tres velocidades: las regiones que están por encima de la media, las que están en la media, y las que están por debajo de la media. Y esa brecha sigue siendo parecida que la existente hace treinta años, entre las más pobres y las más ricas, con el agravante, que en la pobres se han hecho muchas inversiones, pero no han servido para salir de la situación de desequilibrios e impulsar crecimiento estable y riqueza. A eso se le llama: malos gestores.