Sueño esfumado

Queremos dar media vuelta porque nos hemos asomado al abismo del ‘sistema’ y nos aterra lo que hay en el fondo
Se han invertido las cosas: siempre pagan los de abajo para que el mito económico siga perpetuado
Salir de este sin sentido no será fácil, pero no imposible. Es urgente poner coto a las oligarquías financieras y políticas (José Molina)


Ya lo escribió Kafka: la vida es algo más que un rompecabezas. Esta versión kafkiana de explicar hechos y actitudes de la vida, la encontramos en el lenguaje oficial de los políticos que nos acusan, entre muchas otras cosas, de vivir por encima de nuestras posibilidades. O sea una forma kafkiana de querer convencernos de que somos los causantes de hacer saltar por los aires el endeudamiento público. Enredados en explicar por qué se ha esfumado el sueño, quienes son los culpables, dejan que haga efecto en la sociedad el mensaje de ‘no se puede gastar lo que no se tiene’, pero sin aclarar nunca ‘por qué lo tienen’, ‘quién lo tiene’, ‘cuánto tienen’ y ‘para qué lo tienen’.
Vivimos una política de sueños esfumados. Aluden a la herencia recibida de la socialdemocracia como si fuera una borrachera devastadora del presupuesto público. Así de sencillo se justifica pasar de unas políticas de máximos a otras de mínimos. Mientras tanto, olvidan ayudar a las personas que más lo necesitan al tiempo que gastan lo que no tenemos en mantener estructuras sin sentido y nos seguimos endeudando para salvar de la bancarrota a un sector insolidario que ha practicado su oficio sin piedad hacia sus hipotecados. Se han invertido las cosas: siempre pagan los de abajo para que el mito económico siga perpetuado.
Estamos cansados de oír explicaciones de los errores cometidos, de ideologías mal interpretadas, de programas sin cumplir, de políticos atrapados por las redes financieras que los han condicionado y que parecen incapaces de construir una sociedad con futuro porque son pocos los que, después de perder, reflexionan para aprender de sus errores. No se analiza por qué fallaron las reglas del juego, ni por qué fallaron los que jugaron, ni tampoco los votantes pensamos, por qué seguir votando a quien con tanta frecuencia no cumple lo pactado.

Queremos dar media vuelta porque nos hemos asomado al abismo del «sistema» y nos aterra lo que hay al fondo

Salir de este sin sentido no será fácil, pero tampoco es imposible: hace falta una agenda y buenos guías. Una reforma en lo alto, en medio y en la parte baja porque todos los frentes están contaminados de problemas. Es urgente poner coto a las oligarquías financieras y políticas, controlar, participar y más transparencia. En definitiva, clausurar los conductos que ensombrecen el sistema.Tardamos demasiado en estructurar una reforma fiscal de equidad, más progresiva, que no esté plagado de exenciones, sin vacíos legales que son las alcantarillas del sistema, sin excepciones ni preferencias, gravando a los especuladores para que paguen más renta con la misma presión que los que trabajan toda la vida en una empresa ajena. Un impuesto de sucesiones eficaz, que evite con progresividad las diferencias. Mejor acceso a la educación, garantizando que estudiar no es un asunto de espermas y de cunas de nacimiento.

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Tiempos de dudas

La duda” una magnifica película interpretada por Meryl Streep y basada en la obra teatral: Etapa de duda: una parábola, de John Patrick Shanley, la cual nos sitúa en “la naturaleza de la duda”, que puede ser considerada como la fe misma y convertirse en fuerza unificadora, pero también puede llegar a transformarse en efecto destructivo. A veces es bueno dudar, no para destruir, sino para seguir con más firmeza construyendo el proyecto colectivo de vivir en una sociedad compleja, llena de dudas, pero con posibilidades de asegurar su futuro. Un futuro diferente, compartiendo las dudas que nos invaden, con más participación para no caer en la exclusión, el gran error de muchos integristas que interpretan sus dudas en provecho de sus ocultas intenciones, como tan elocuentemente lo interpreta Meryl Streep. La duda, ni nos debe destruir, ni adulterar la verdad, porque se puede transformar en la mentira, en la dictadura de la opinión, que arruina a su paso, la grandeza de dudar dentro del sistema.

Dudar para cree
La duda puede ser una fuerza unificadora

En estos tiempos de dudas, entre las muchas que me atormentan, tengo seis principales que quiero compartir:
Primero: Dudo de las Instituciones. No porque sea un antisistema, sino porque deseo su perfección, su mayor implicación en los problemas de la sociedad, y porque se han alejado de los ciudadanos tanto, que no conectan con las aspiraciones de los mismos. Dudo de sus democracias, porque deseo que sean más participativas y menos de representación de la partitocracia existente. Dudo de su transparencia, porque quiero que nos rindan cuentas, como un sistema normal, sin tenerlo que solicitar, porque “rendir cuentas” debe ser algo consustancial al mandato recibido por el pueblo. Dudo del sistema electoral mientras no tengamos listas abiertas.
Segundo: Dudo de los gobiernos. Por su desgobierno, por sus abusos de poder, por su falta de diálogo y por su incapacidad de comprender que han recibido el poder de gobernar no para convertirlo en su cortijo y favorecer a los suyos. Tengo fe en los gobiernos independientes, alejados de la presión de los lobby, y sin caer en la tentación de las influencias de los que llamándose creyentes, solo creen en su “credo” olvidando al resto. Dudo de los políticos del chanchullo, porque son el descrédito para una sociedad que asume el compromiso de mantener sus gobiernos, para que la anarquía –usada como chantaje- no sea un fantasma que atemorice los impulsos de girar un modelo que se desintegra. Dudo de los que levantan sus banderas, como pendones históricos para conseguir diferencias, olvidando que por encima de las enseñas, están los que viven en los territorios que por no tener banderas, salen a sus calles con el deseo de manifestar la situación de inequidad que padecen familias enteras.
Tercero: Dudo del euro. No porque no crea en él, sino porque quiero tener más fe en la moneda única. Dudo de los políticos que han recogido el testigo de seguir con el proyecto euro, porque piensan más en sus economías, en sus votantes, que en la fortaleza de lo que supone el gobierno común de la UE.

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Rebelión contra el silencio

No tengo miedo, porque el miedo y el temor siempre han sido los mejores aliados del poder para imponer a los ciudadanos una atmósfera sutil para blindarse frente a la contestación social. El miedo anida en el cerebro de los ciudadanos para quebrantar su resistencia, es el pánico a sentirse señalado como disidente, es como dice el diccionario “una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo”. El miedo se ha convertido en la mejor arma de dominación, lo saben los mercados, lo practica la troika, y nos lo recuerda Rajoy: todos en casa, quietos y sin calentar las calles y plazas.

Nos recuerda el sociólogo alemán Wieviorka, que en las situaciones de crisis, los ciudadanos están cansados, y las dificultades para sobrevivir rebajan la moral. No se entiende lo que está pasando y se actúa a la espera, aunque no se sepa muy bien que se espera, y precisamente, esa espera, es el mejor caldo de cultivo para el resurgir de  los fantasmas de los neofascismos en el mundo.

La crisis del 29 impidió pensar, y cuando la sociedad quiso reaccionar, se encontró con la noche de los cuchillos largos. El miedo al rescate, nos ha invadido y hasta la poderosa Merkel, tiene ahora miedo a no sequé contagio. Se vive en un ambiente de inseguridad, porque la crisis de las políticas, el desastre social y los problemas de la economía con un multiplicador constante de desgaste contaminante, se han convertido en enfermedad social, que demuestra como afirma Tony Judt que algo va mal.

Todos contra el silencio
Que nadie se apropie de tu silencio, opina y actúa

Tan mal, que un soporte social de equilibrio, como son las clases medias, han sido barridas de la esfera social, porque ahora solo importa que el 99% reme en la dirección que el gobierno indique, para salvar al 1% sin dar explicaciones, las naciones se someten a los criterios e imposiciones de lo que dictamine la mano de hierro de los mercados que está por encima de las leyes y de los gobiernos. ¡Qué equivocados están los independistas catalanes! Piensan que solos estarían mejor. Y aunque no les guste el “patio trasero de la España centralista”, deben tener mucho cuidado, no sea que caigan en manos de banqueros más explotadores, y si eso ocurriera, su neopatriotismo puede que se derrumbe con estrepito y el vacío político que se produzca sea peor que haber continuado con un ideal independista, pero siendo parte solidaria de un todo.

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Desilusión

España está viviendo su particular “gran crisis”, así lo califican los periódicos por todo el mundo -Wall Street Journal, Financial Times, Suddentsche Zeitung- así como otros de la prensa inglesa, italiana y francesa, todos resaltan que además de los problemas de pago de la deuda que tienen la Europa del Sur, España se ha metido …

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Visión desde Alemania

Crónica de la corresponsal en Madrid del Wirtschafts Woche

La corresponsal alemana en Madrid del periódico Wirtschafts Woche, la economista Stefanie Claudia Müller, ha publicado una crónica que ha sido reproducida en muy diversos medios de comunicación alemanes y recogido por las redes de difusión (Facebook, twiter), coincidiendo con la cumbre de los gobiernos de Alemania y España, acompañados de un nutrido grupo de empresarios, donde se han abordado las condiciones para poder otorgar más ayudas financieras a España o a su sistema bancario. En los dos lados se ha elevado el tono en los últimos meses, y se encuentran defensores y detractores de unos y otros, por cualquier medio.
La «mentalidad de fiesta» que tienen de los españoles; se contrapone con la dureza de la canciller Merkel. España no es Grecia, pero España puede ser un paciente crónico si Alemania, junto con Europa, no contribuye a solucionar sus verdaderos problemas, hoy en manos de una oligarquía política aliada con la oligarquía económica y financiera, y sin que se aumente la participación ciudadana real en las decisiones políticas. Para no perpetuar la crisis y endeudar a los españoles durante generaciones, el Gobierno español debe reformar a fondo la administración de las comunidades autónomas y los ayuntamientos, en su mayoría en bancarrota y completamente fuera de control, sometiendo a referéndum el modelo de Estado, dice la periodista Müller.

Asi nos ven los alemanes
¿Qué reformas?

Este tema es la clave del futuro de España, según Müller, porque las regiones, ayuntamientos y diputaciones son los responsables de los dos tercios del gasto público -Las razones verdaderas de la crisis del país, en consonancia con lo dicho, nada tienen que ver con salarios demasiado altos -un 60 % de la población ocupada gana menos de 1.000 euros/mes-, pensiones demasiado altas -la pensión media es de 785 euros, el 63% de la media de la UE-15- o pocas horas de trabajo, como se ha trasmitido a veces desde Alemania. A España tampoco le falta talento, ni capacidad empresarial ni creatividad. Tiene grandes pensadores, creativos, ingenieros, médicos excelentes y gestores de primer nivel.

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Contra el partidismo, poder ciudadano

Todavía no hemos resuelto el dilema. Confundir los colores partidistas, con la enseña nacional, es un grave error político. Queremos menos banderas y más solidaridad. Menos pensar en el poder, y más participación de todos en el gobierno de lo común. Más política de visión de futuro, y menos mirar desde cada campanario. Más patria, …

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Demasiadas desigualdades

Los ciudadanos contemplamos la reforma financiera, como un conglomerado emergente demasiado grande, tan grande, que sus estructuras nos alejan cada vez más de las posibilidades del control democrático. Ha sido la oportunidad perdida, consecuencia de la mala gestión de todo un sistema, y un precio que pagaremos como si de una deuda perpetua nos correspondiera, por un designio del destino para mantener las desigualdades en el mismo. Sistema que ya se institucionaliza en la desigualdad globalizada.

Desigualdades

Con semejante panorama, ¿son posibles las políticas de redistribución que hemos conocido años atrás? Es difícil compaginar la defensa de las ideas del selectivo grupo del 1% con el resto, así que a los ciudadanos nos corresponde cada día que nos ajustemos horizontal y verticalmente para apoyar solidariamente a los que no alcanzan los niveles de supervivencia (plan prepara/400€), y sin embargo, tenemos que mirar para otro lado, cuando se permite a los banqueros en bancarrota y con ayudas públicas cobrar hasta 500.000€ de sueldo anual, con  las bendiciones del gobierno y de la troika. Son efectos contradictorios tan fuertes, que se asimilan con dificultad, y constituyen una muestra de las desigualdades que estamos consolidando en lo que llamamos “sistema”.

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