El número de personas que acuden a los bancos de alimentos se ha multiplicado a medida que se han reducido salarios. Las ONG tienen más actividad y la decepción social está en alza. Como consecuencia de esta situación están surgiendo iniciativas y nuevos líderes políticos, observándose cómo se han abierto vías de comunicación con ‘los amos del sistema’, a los que han dejado un mensaje claro en el que se les advierte, en cada caso, que puede que actúen amparados por las leyes pero su actitud insolidaria les descalifica socialmente. Ya no se puede ser amo de vidas y haciendas. Con la fuerza de la democracia, los ciudadanos han buscado quien se enfrente al Goliat del sistema, ese ‘stablishment’ que, según Warren Buffett, constituye “el club de los espermatozoides privilegiados”.
Este ’selecto’ grupo vive pensando que se lo merece todo y fabrica su prestigio desde sus empresas de relaciones públicas. Potencian su imagen social como pieza imprescindible del sistema, alimentando su control desde los medios de comunicación que dominan. Han sido capaces de darle la vuelta a la situación, pasando de villanos y explotadores a salvadores de la economía que ellos mismos hundieron. El grupo de los escogidos, la crema de las finanzas, dedica sus esfuerzos a minimizar el pago de sus impuestos para lo que contratan a todos los altos cargos en excedencia. Han logrado que cada vez que hay una reforma fiscal a ellos les toque el premio y al resto de los ciudadanos, la pedrea. El actual ministro de Hacienda no está por casualidad: viene de una excedencia.



