Ya convivimos con el rescate, que no “tomate”, le aclaraba la revista Time, al gobierno de Rajoy, en un titular reciente, y por otro lado, el humorista El Roto, recordaba: “sólo hay dinero para el dinero, tonto”. Y dentro de poco hasta las niñas en los parques, porque con tanto ajuste, no podrán hacerlo en las escuelas públicas, cantarán la “tristeza” al rey de los recortes, con la misma musiquilla que se la cantaban al desconsolado Alfonso en otro tiempo. Esto es producto del cambio oficial de vocabulario, repetir incesantemente que no es un rescate y que no lo vamos a pagar los ciudadanos, sino los bancos, nos ha instalado en el mundo de los mitos.
El apagón de la fiesta del ladrillo, la estamos pagando todos, el paro lo sufrimos todos, el descredito lo padecemos todos, la corrupción nos invade todo, la mala gestión la sufrimos todos, la vergüenza de sorprendernos un día si y otro también de indignidades de personas que su comportamiento no es ejemplar, nos avergüenzan a todos, y con tanta mentira, si los bancos inician de nuevo la actividad de facilitar el crédito, estaremos tan aturdidos, que cuando nos explique el notario de turno, lo del TAE, nos sonará a música celestial, y es en ese preciso momento, cuando estaremos pagando el rescate, entre otras cosas que sutilmente habremos consumido.
Con la divulgación de esta nueva mitología, los mercados están alucinados con el equipo económico del gobierno de Rajoy, y han reaccionado disparando la prima de riesgo sin límites, cruzando todas las líneas rojas. ¡Tenemos mala suerte! Antes teníamos un equipo económico en el Gobierno que veía brotes verdes, cuando estaban quemando para subsistir los restos de las podas en las hogueras populares del plan E, y lo sorprendente, es que los que acusaban entonces de insensatos, ahora se han convertido en los titiriteros de las finanzas públicas y financieras.