De los mitos a la realidad

Ya convivimos con el rescate, que no “tomate”, le aclaraba la revista Time, al gobierno de Rajoy, en un titular reciente, y por otro lado, el humorista El Roto, recordaba: “sólo hay dinero para el dinero, tonto”. Y dentro de poco hasta las niñas en los parques, porque con tanto ajuste, no podrán hacerlo en las escuelas públicas, cantarán la “tristeza” al rey de los recortes, con la misma musiquilla que se la cantaban al desconsolado Alfonso en otro tiempo. Esto es producto del cambio oficial de vocabulario, repetir incesantemente que no es un rescate y que no lo vamos a pagar los ciudadanos, sino los bancos, nos ha instalado en el mundo de los mitos.

 

solo hay dinero para el dinero

El apagón de la fiesta del ladrillo, la estamos pagando todos, el paro lo sufrimos todos, el descredito lo padecemos todos, la corrupción nos invade todo, la mala gestión la sufrimos todos, la vergüenza de sorprendernos un día si y otro también de indignidades de personas que su comportamiento no es ejemplar, nos avergüenzan a todos, y con tanta mentira, si los bancos inician de nuevo la actividad de facilitar el crédito, estaremos tan aturdidos, que cuando nos explique el notario de turno, lo del TAE, nos sonará a música celestial, y es en ese preciso momento, cuando estaremos pagando el rescate, entre otras cosas que sutilmente habremos consumido.
Con la divulgación de esta nueva mitología, los mercados están alucinados con el equipo económico del gobierno de Rajoy, y han reaccionado disparando la prima de riesgo sin límites, cruzando todas las líneas rojas. ¡Tenemos mala suerte! Antes teníamos un equipo económico en el Gobierno que veía brotes verdes, cuando estaban quemando para subsistir los restos de las podas en las hogueras populares del plan E, y lo sorprendente, es que los que acusaban entonces de insensatos, ahora se han convertido en los titiriteros de las finanzas públicas y financieras.

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No es un rescate, es “el rescate”

Hoy nadie pone en duda que una política fiscal coherente es necesaria, gestionar el presupuesto con eficiencia nos dará un equilibrio y una capacidad de futuro para impulsar una política incentivadora en la economía real. Es el objetivo de todo buen gobierno de lo público. Para ello necesitamos cambiar, saber lo que ocurre y porqué, y necesitamos participar. Gobernar no es dar la callada por respuesta, porque genera un discurso fraudulento, que no resuelve el dilema de si lo que es bueno para los ciudadanos coincide con los intereses de los políticos.
En estos momentos críticos, todas las miradas están puestas en Grecia, su salida del euro, es un fantasma que recorre Europa, y el temor de un triunfo de los opositores a aceptar las condiciones del rescate puede arrastrar a un desastre de incalculables consecuencias. El futuro está en juego, en especial el de los jóvenes del Sur, y se decidirá pronto por los jugadores de ruleta sin conciencia ni responsabilidad, que no tendrán ningún sentimiento de culpa y a quienes nadie pedirá cuentas.


Desde el punto financiero, los expertos del RU han evaluado en 80.000 millones de libras los efectos sobre su economía, Obama, también se ha sumado a una demanda de soluciones, porque a la economía americana le afectará igualmente los problemas del Sur de UE, y da escalofríos si extrapolamos  los efectos en  Viejo Continente.

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¡Deficiente!

En un comentario anterior calificaba de “suspenso” al gobierno y daba una serie de razones por dicha calificación, un mes más tarde, ha sido Bruselas la que ha dictaminado de “deficiente” a la política económica, financiera y laboral, dando valoraciones de su evaluación. La reacción del gobierno ha sido la del mal estudiante, en vez …

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¿Hay vida después de las crisis financieras?

Rodeados de quiebras, inmersos en una Gran Recesión, fustigados por los domadores de la economía del miedo, los ciudadanos están mordiendo en el polvo de la arena de la lucha del día a día, a la que nos ha conducido esta supercrisis. Por fatalidad, por casualidad, o por los designios del destino, los ciudadanos se han convertido en gladiadores y luchan desesperadamente con las fieras de los mercados que quieren doblegarlos hasta pedir clemencia.
Pero en todo proceso se puede producir un cambio, suele ocurrir en el momento en el que los sufridores se sublevan y dominan a los guardianes del circo. Después de desarmar a los guardianes y aceptar la nueva situación, lo primero es aceptar y corregir el déficit primario, la siguiente medida es la salida del euro, la devaluación de la nueva moneda: el dracma, con un posible cambio de 1€=x0 dracmas.
Tendrán que pasar, posiblemente, dos años muy malos, dos años de reajustes, de contar con lo propio, de trabajar por un nuevo futuro, no trabajando “para el inglés” como se decía hace siglos, porque trabajar para el euro, se ha convertido en una esclavitud para algunos países, y debe corregirse, porque los ejemplos están al alcance de la mano, Corea del Sur, Indochina, Argentina y Rusia, etc. después de las quiebras de sus sistemas financieros y pasados dos años como mínimo muy malos, los mismos que pronostican a los países del Sur, y superado el trauma, crecieron entre el 7% al 8%, reorientaron sus economías, aunque nada es gratis, surgieron. La India puede ser también otro ejemplo.

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Tiempo de trampas

Demasiada gente seria está diciendo mentiras a diario, por lo que corremos el peligro de que se extienda la compulsiva manera de mentir y nadie crea nada de nadie. En este campo, economistas y publicistas han influido en los políticos para que puedan hacer una cosa y decir lo contrario al mismo tiempo. Han inventado que se puede soplar y absorber en una misma acción. Un milagro.
Nos adentran en el escenario de la magia: sacan de la chistera un banco bueno y, al poco, lo vuelven a sacar desfigurado en banco malo; presentan un balance con beneficios y, seguidamente, lo muestran con un agujero patrimonial; le dicen a un ciudadano, que presencia el espectáculo esperpéntico desde las últimas filas, que les deje sus ahorros, que se los ponen ‘preferentemente’ en el balance, y luego le devuelven un ‘bono basura’ para que lo enmarque y presida el salón de su casa. Le dicen a otro espectador atónito que le venden un piso amueblado dándole un supercrédito para pagarlo y, antes de terminar la función, viene el de la chistera y lo desahucia. ¿Dónde está la chistera de los prodigios? ¡Estamos tan embobados!

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¡No se comprende!

Necesitamos saber, acceder a la información que soporta las decisiones de la gestión pública, para conocerla y valorarla y hacerla accesible a los ciudadanos. Se precisa una legislación básica del Estado, que se traslade a todas las administraciones públicas, para que la transparencia, no sea algo vacío de contenido, sino unas vías de participación y mejora en las administraciones públicas. Estamos pendientes, todavía, de un cambio de raíz en las relaciones con la gestión pública, porque con seguridad, esos cambios también beneficiaran a la vida social. No debemos dejar en manos de “paparazzi” las vías de la información y el conocimiento de los hechos que no ven la luz, salvo que la investigación periodística lo divulgue. Es lamentable que sea la noticia más o menos escandalosa, la que de a conocer los hechos y no una información que se obtenga por medios normales de los registros públicos. Es una vergüenza, contemplar cómo organismos públicos, niegan a otros las peticiones de información sobre expedientes y obstaculizan una labor de colaboración y la convierten en una guerra entre administraciones. ¡No se comprende!

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¡Suspenso!

Estamos conmocionados, por una visión de violencia y enfrentamiento, con sensación de olor a carne corrompida (Génesis, 6,11), vamos camino del Arca que nos salve del diluvio universal, y en ese caminar surge como murmullo una pregunta ¿Dónde está Noé? ¿Y si Dios no ha señalado ese camino como el correcto? ¿Necesitamos una catástrofe para avanzar? ¿Ha llegado el momento? Es tiempo de resurrección y de elevar nuestro espíritu, para no vernos sometidos a una esclavitud de los mercados.
Hemos constatado, cómo la política generadora de escasez nos ha situado in extremis en un rigor “mortis causa”. Porque la austeridad extrema es un fenómeno exterminador, no es un efecto de equilibrio, subsisten sin solucionar los dos grandes problemas de la política económica que marcan la orientación de los programas de gobierno: el pleno empleo y el reparto de la riqueza. Esos dos grandes problemas, nos decía Keynes, mientras no los solucionemos son dos vicios del sistema que nos corroe desde los cimientos.
Para cubrir estas deficiencias, estamos viviendo una oleada de estúpidos mensajes tergiversando conceptos y manipulando realidades. Por ejemplo, se ha llamado “ponderación” a la subida de impuestos, con una mezcla de amnistía fiscal para los defraudadores, constituyendo una manipulación del lenguaje que se ha convertido en vocabulario oficial de todos los partidarios de los ajustes duros en economía. Los “economistas frente a la crisis”, estamos denunciando estos desmanes, y en otros lugares, personalidades de la economía como Krugman y Stiglitz, se han unido a esta cadena de denuncias sobre la manipulación y distracción con falsas ideas que confundan a los ciudadanos.
En este ambiente de “mercadillo” donde conviven el populismo, ultraliberalismo, neofascismo y los ortodoxos de la austeridad extrema, se mezclan en un ambiente peligroso, acercándose sigilosamente a los enemigos íntimos de la democracia. Ellos, sólo conocen la desigualdad desde el poder, porque viven en sus privilegios, sus universidades, sus escuelas de negocio, sus residencias vigiladas, o sus barrios exclusivos. No viajan en el “metro”, no utilizan los servicios públicos, y si pasean por un parque, es para realizar un reportaje fotográfico convenido con algún medio de comunicación. No son del pueblo, no sufren con sus ciudadanos. Desde un análisis de sus actuaciones suspenden en:

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