El pueblo es sabio, conoce lo que pasa en sus calles, sus casas, su trabajo, conoce al detalle su ciudad, lo conoce y lo vive, señala sus puntos más débiles, nos dice Ratakul, y en esa lucha por la libertad, que se está desarrollando por diferentes países de Europa, nos ha sorprendido una decisión tomada por Panandreu, la sorpresa ha llegado hasta su propio ministro de Economía. Ha comprendido que las decisiones que tiene que tomar son de tal calado, que la democracia representativa, tiene que reforzarse con una consulta a los ciudadanos. Ha tomado la salida más democrática convocando un referéndum. Una posición valiente, suicida para algunos, pero no olvidemos que Krugman en un articulo de hace muy pocos días, definía las medidas en la UE como un “pacto de suicidio”, los países del Sur están soportando una presión excesiva de los mercados y de los gobiernos. (Ver comentario en ¿Qué pacto?)
Cualquier estrategia basada en la explotación de una ventana de oportunidad surgida a raíz de un shock, descansa, nos dice Naomi Klein, en gran medida en un elemento sorpresa. Es una pausa entre acontecimientos que se suceden a gran velocidad, es una información tan veloz, que cambia los acontecimientos, recupera diferentes sentidos de orientación y el mundo se vuelve a interpretar desde el prisma de una nueva orientación. Esta situación de vértigo, es la que ha recorrido por Europa, como un fantasma de Halloween. Ha sido la noche del truco o trato, sin caramelos a cambio, porque el sabor era demasiado amargo.